¡Mucha Alegría!

“Un modelo económico, social y ambiental sostenible” presidente Gustavo Petro.

Sí, mucha alegría es lo que los acontecimientos nacionales en la elección del presidente Gustavo Francisco Petro Urrego y la vicepresidenta Francia Elena Márquez Mina, han producido en las mayorías ciudadanas. Y con lo anterior, el acto de posesión presidencial, el excelente discurso del mandatario acompañado de una masiva, alegre y festiva presencia de colombianos y colombianas llegadas de todos los rincones del país, nos ha colmado de entusiasmo porque por fin vemos la posibilidad de convertir en realidad los sueños colectivos.

Puede ser una impresión subjetiva, alentada desde nuestra posición socio-política, que, considerando desde hace mucho tiempo, la necesidad de un cambio sustancial para que por fin ese modelo de sociedad que nos conduzca al bienestar general y de manera integral, tenga la oportunidad de ser una realidad en nuestro país. Es el momento definitivo de comenzar a construir la nueva sociedad para este siglo XXI. No será fácil, pero a pesar de todas las dificultades es imperativo iniciar el camino para que esa nueva Colombia surja de una vez por todas.

Y debemos insistir en que la transformación es un camino largo. Por bueno que resulte este gobierno, que nos llena de esperanza, no todo se resolverá en los próximos cuatro años. Se requerirá de un periodo extenso de gobiernos sucesivos que vayan conduciendo al país a la mudanza profunda social, económica, política, cultural y ambiental. Ante la crisis socio-ambiental que vive el planeta y en particular nuestra nación, no podemos dar espera al cambio que se requiere para que las presentes y futuras generaciones vivan dignamente en sus territorios.

El resaltar lo que nos dicen con quienes dialogamos, que destacan esa sensación en sus entornos sociales, que nos expresan con mucha alegría y entusiasmo, la esperanza que ha despertado este proceso colectivo, la ilusión de ver por fin un ambiente distinto en la tierra que siempre han amado. Es el revivir el regocijo para desterrar las frustraciones y el dolor que se han cargado por décadas. De verdad, que lo expuesto, merece inclusive analices profundos de sociólogos(as) y psicólogos(as), especializados en esta temática.

El frenesí que se exaltó por la televisión nacional y regional, y se vivió en las grandes ciudades, comenzando por la capital Bogotá y en muchos rincones del país, no se puede negar y será por muchísimos años un momento para conservar en la memoria colectiva nacional. Esa celebración festiva en completa paz ciudadana, se convirtió en el encuentro de todas las regiones y sus manifestaciones culturales. Sus coloridas vestimentas y sus rasgos corporales que denotaban sus orígenes ancestrales, sus cantos y danzas, sus gritos de lucha que cobran fuerza, sus peticiones acompañadas de su disposición para acompañar las reformas necesarias que promueva el nuevo gobierno para lograr la justicia social y ambiental prometida, mostraron a plenitud nuestra diversidad.

Definitivamente la nación entera ha entrado en una nueva fase de participación y acción ciudadana. Millones de personas estamos atentos a las propuestas concretas expresadas en políticas, programas y en proyectos que la prontitud requiere en armonía con los tiempos legislativos y de ejecución para que la ilusión no se desvanezca. En términos generales todos y todas queremos participar activamente mínimo con nuestras respetuosas opiniones para construir conjuntamente el país soñado.

Sabemos por igual que quienes han usufructuado el poder político-económico y por lo tanto social, desde ya se oponen a todo avance que signifique mayor libertad, una amplia y profunda democracia con ejercicio pleno de los derechos ciudadanos. Ante lo anterior por ahora queda el organizarse y participar de manera beligerante para defender todo aquello que nos represente justicia social y ambiental.

 

John Elvis Vera Suarez

Foto tomada de: Infobae